Venezuela subsidió por muchos años las economías de las islas del Caribe, Colombia, Guyana y parte de Brasil.
Miles de Millones de litros de gasolina, gasoil y lubricantes se fueron por los caminos verdes a hacer ricas a esas naciones.
En el mercado interno de los hidrocarburos la gasolina fue regalada a todos nosotros y no la aprovechamos para impulsar la economía y alcanzar el desarrollo.
El tiempo de la riqueza fácil se acabó, arruinados y en banca rota, con el parque automotor nacional casi paralizado totalmente, el Gobierno Nacional ha tomado la decisión del duro ajuste del precio de la gasolina.
El aumento traerá más inflación, descontento, incomprensión y profundizará la crisis del transporte público de pasajeros y del transporte privado de cargas.
No hay opción, la gasolina tiene que valer lo que cuesta producirla.
El anuncio del Gobierno Nacional de una gasolina subsidiada a través del Carnet de la Patria va a aliviar a los sectores más débiles pero va a ser aprovechado por la corrupción para «bachaquear» el combustible y seguir con el contrabando de extracción.
El Estado Rentista Petrolero que regalaba gasolina, luz eléctrica, agua, gas, telefonía, salud, educación y recreación está quebrado.
Sus buques insignias PDVSA y CITGO perdieron la capacidad productiva y están en riesgo de un grave embargo internacional.
Somos un país petrolero mal administrado que da muchas perdidas y eso tenemos que asumirlo para corregir y enderezar correctamente la economía.
Para salir de la crisis no debemos recurrir a las recetas neoliberales, ni al remate, ni a la privatización de las empresas y bienes del estado.
Tampoco debemos transferir la carga, el peso y el sacrificio a los trabajadores ni a los sectores más débiles.
Para superar esta debacle debemos ejecutar una política económica correcta con un carácter social, de prosperidad y beneficio colectivo para todos.
Basada en el trabajo, la producción y una administración honesta.
LENIN AQUINO
Termi Noticias 